El castillo de Barbazul by Javier Cercas

El castillo de Barbazul by Javier Cercas

autor:Javier Cercas [Cercas, Javier]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2022-03-01T00:00:00+00:00


3

Durante los días posteriores, Melchor trata de hacer caso a Rosa y olvidarse de Carrasco y de Mattson. Inesperadamente lo consigue. Duerme en casa de Rosa tres noches seguidas, cosa que no había hecho nunca, y en algún momento se pregunta si necesita suplir con la presencia de Rosa la ausencia de Cosette; en otro momento se pregunta por qué cada vez que Rosa le ha propuesto mudarse con Cosette a su masía, donde sobra espacio para los tres, él se ha negado a aceptar la invitación. No tiene una respuesta clara para la primera pregunta; tampoco para la segunda: como alberga la certeza de que Rosa y Cosette vivirían muy a gusto juntas bajo el mismo techo, a veces se dice que no quiere convivir con Rosa porque teme decepcionarla, y otras veces se dice que no quiere hacerlo porque está seguro de que no podrá repetir con ella la plenitud que experimentó con Olga. En cualquier caso, esa negativa reiterada le resulta ahora tanto más incomprensible cuanto que aquellas tres noches con sus días le deparan un vislumbre feliz de lo que podría ser la convivencia con Rosa.

Al cuarto día, mientras valora la posibilidad de proponerle a Cosette que se muden los dos a casa de Rosa, con la esperanza de que ese cambio opere como un revulsivo que acelere su recuperación, Melchor recibe en la biblioteca una carta sin remitente, con su nombre escrito a mano y con un matasellos de Palma de Mallorca. No recuerda cuándo fue la última vez que recibió una carta personal, así que la curiosidad le empuja a abrirla de inmediato.

La carta es de Damián Carrasco. También está escrita a mano, con una letra clara y sin tachaduras, como si fuera el resultado final de numerosos borradores. Consta de cinco folios escritos por las dos caras y empieza así: «Estimado señor Marín, antes que nada, le pido disculpas por nuestra conversación telefónica del otro día. Su llamada me alegró mucho, pero no tuve más remedio que comportarme como lo hice y esconder mi alegría detrás de una sarta de mentiras. Le explico por qué». Carrasco cuenta que, al día siguiente de su conversación en Can Sucrer, se presentó allí un grupo de sicarios de Mattson. El término «sicario» es de Carrasco, que añade: «Me pillaron desprevenido, pero, créame, no volverá a pasar, la próxima vez les estaré esperando. El caso es que, aunque alguno se fue bien caliente a su casa, me pegaron una paliza, destrozaron Can Sucrer y se despidieron diciéndome que, si volvía a hablar de Mattson con usted, nos matarían a los dos. Yo sé cómo las gasta esa gente, así que estoy seguro de que hablaban en serio. De todos modos, la verdad es que tuve suerte. Solo pasé unos días en el hospital de Inca, y al volver a casa mi amigo Biel March me ayudó a acabar de recuperarme y a arreglar Can Sucrer. También tuve suerte en otra cosa. ¿Se acuerda del archivo sobre Mattson que le enseñé? Pues sus sicarios no lo descubrieron.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.